La temporada 2025 de la Fórmula 1 está generando una tormenta en torno a Sergio “Checo” Pérez. Tras su salida de Red Bull, su nombre resuena como opción para Cadillac Racing y Alpine, dos equipos con estrategias distintas pero con un objetivo común: capitalizar su imagen como el piloto latinoamericano más influyente del momento.
El debate no es solo deportivo. Pérez representa una máquina de marketing, con contratos publicitarios que superan los 15 millones de dólares anuales y una base de fans que convierte cada carrera en un evento comercial. Su presencia en Cadillac significaría la entrada del equipo estadounidense en el mercado latino, clave para patrocinios de marcas globales con sedes en México y EE.UU. Por otro lado, Alpine busca reforzar su posición en Europa, y contar con Checo podría significar un repunte en ventas de su línea deportiva y un incremento en valor bursátil para Renault Group.
Los analistas señalan que, aunque su rendimiento en pista ha sido cuestionado, su peso comercial sigue intacto. De hecho, se estima que la presencia de Checo en cualquier equipo puede elevar los ingresos por patrocinio entre un 20% y un 30% en el primer año. Además, los derechos de transmisión en América Latina se disparan cuando hay pilotos regionales en posiciones competitivas.
El próximo contrato de Pérez no solo será una negociación deportiva, sino una jugada corporativa de alto impacto. Los equipos interesados no solo evaluarán su talento, sino el retorno de inversión en términos de marketing, audiencias y expansión de marca.
Red República lo concluye: Checo no busca solo podios, busca ser la carta más rentable de la Fórmula 1 en el mercado latino y global.
