El gobierno federal dio a conocer un paquete estratégico diseñado para contrarrestar la polarización política y reactivar la economía norteamericana. El plan integra cuatro medidas clave: aranceles orientados a proteger manufacturas domésticas, incentivos para impulsar el crecimiento por encima de las proyecciones de la CBO, programas regulatorios para facilitar la adquisición de deuda por parte de bancos, y la emisión de stablecoins respaldadas en dólares como herramienta de liquidez y fiscalización.
La propuesta incluye recortes selectivos de aranceles para industrias clave como semiconductores, pero aumento arancelario en acero y aluminio. También establece bonos a corto plazo y programas piloto de stablecoins, usando plataformas blockchain como infraestructura monetaria alternativa.
El paquete busca generar una respuesta rápida en inversión pública y privada, estimular el consumo y fortalecer el dólar como divisa de reserva. Sin embargo, analistas advierten posibles efectos secundarios: el aumento de deuda, presiones inflacionarias, Erosión de independencia monetaria y riesgos regulatorios derivados de la innovación con criptomonedas.
El componente más disruptivo es la emisión de stablecoins, que abriría entrada a mercados financieros digitales, pero requiere marco legal robusto para mitigar riesgos de lavado de dinero, volatilidad y ciberseguridad. Su éxito dependerá de la aceptación por parte de bancos, fintech y entidades reguladoras.
Red República lo señala: un plan audaz puede reactivar, o puede exponer grietas. EE. UU. apuesta fuerte a la innovación fiscal, pero el precio se paga en deuda, liquidez y confianza institucional.


