El homicidio de la creadora de contenido Esmeralda FG, en Jalisco, conmocionó al país. Su caso no solo refleja un grave problema de violencia, sino también pone bajo la lupa la frágil seguridad de quienes forman parte de la nueva economía digital.
Los influencers y creadores de contenido han transformado las dinámicas del consumo. Hoy, las marcas invierten millones de pesos en publicidad en redes sociales, campañas digitales y colaboraciones con tiktokers, youtubers e instagrammers. México está entre los países con más rápido crecimiento en la llamada “economía naranja”, donde los contenidos generan valor económico real.
Pero esta misma visibilidad acarrea riesgos. La falta de regulación y de protección formal convierte a muchos creadores en figuras expuestas, sin protocolos claros de seguridad ni respaldo legal. El asesinato de Esmeralda FG no solo significa la pérdida de una joven creadora, sino una señal de alerta para marcas e inversionistas en este sector: la inseguridad puede afectar la confianza en campañas, reducir la disposición de influencers a colaborar y afectar la industria en su conjunto.
La economía digital es un motor en crecimiento, pero para sostenerlo es necesario que exista un marco de protección que asegure que quienes participan lo hagan sin exponer su vida. En un país donde la violencia afecta incluso a sectores emergentes, el desafío es enorme.
En Red República subrayamos que detrás de cada creador digital no solo hay likes, sino un ecosistema de negocio que requiere seguridad para seguir creciendo.
