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Planear incluso la muerte: el activo que pocos consideran en su portafolio patrimonial

Hablar de patrimonio suele remitirnos a terrenos, casas, inversiones, ahorro, seguros… pero
casi nunca a la muerte. Y sin embargo, nada es más seguro en la vida. Paradójicamente, el
único evento inevitable es también el menos planificado. En tiempos donde se incentiva la cultura financiera, y las generaciones jóvenes hablan de
diversificar ingresos, criptomonedas, fondos indexados y valor del suelo, existe un terreno
—literal y figurado— del que pocos hablan: los espacios funerarios. No por falta de importancia,
sino por la incomodidad que genera el tema.

Más allá de lo emocional, hay una lógica económica que merece atención. Al igual que
cualquier propiedad inmobiliaria, los lotes funerarios pueden apreciarse con el tiempo. Su
ubicación, disponibilidad, accesibilidad y servicios determinan su valor, sobre todo en ciudades
en crecimiento donde el suelo empieza a escasear incluso para los que ya partieron.

Tuvimos la oportunidad de entrevistar a Jacob y Miguel Garay, miembros de la nueva
generación al frente de Lux Nostra, el parque cementerio ubicado en Chihuahua capital. Su
enfoque empresarial nos permitió abordar una perspectiva poco común en este sector: el valor
creciente de los espacios funerarios como activos de reserva.
“Un cementerio bien planeado, con permisos, accesos y paisajismo, es un bien raíz que
incrementa su valor con el tiempo”, señala Jacob. “La diferencia de adquirir un espacio hoy o
esperar al momento crítico puede representar un costo emocional, pero también económico
importante”, complementa Miguel.

En efecto, cuando el fallecimiento de un familiar ocurre sin planificación previa, los gastos
aumentan. La urgencia limita opciones, y muchas veces las familias terminan pagando precios
inflados por espacios disponibles en zonas no deseadas o de difícil acceso.
Adquirir un espacio funerario con anticipación, aunque frío desde lo emocional, es una decisión
financieramente calculada. No se trata de predecir lo inevitable, sino de preparar un
componente más dentro del ecosistema patrimonial que rodea a cada familia.

Desde la óptica de Red República, que analiza modelos de inversión, administración del riesgo
y activos con retorno indirecto, Lux Nostra representa un caso interesante de cómo una
empresa familiar ha logrado profesionalizar un sector históricamente marginado de la
planeación financiera.

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