El Príncipe Harry regresó al Reino Unido para participar en el homenaje a la Reina Isabel II, aunque evitó visitar a su familia en medio de tensiones internas. Lo que parece un asunto meramente protocolario es también una ventana hacia la economía de la monarquía británica y su impacto en la industria global del turismo y los medios.
La monarquía mueve miles de millones de libras al año en ingresos turísticos, merchandising, licencias y cobertura mediática. Cada evento oficial, desde funerales hasta bodas, representa un pico de actividad económica en sectores como hotelería, restaurantes y venta de recuerdos.
Harry, pese a su distanciamiento, sigue siendo una figura con alto valor mediático. Su sola presencia en ceremonias oficiales garantiza cobertura internacional, lo que se traduce en exposición global para el Reino Unido.
La industria cultural y mediática que rodea a la familia real demuestra que la monarquía no solo es tradición, sino también un modelo de negocio basado en la atención mundial.
En Red República destacamos que cada homenaje real no es solo historia, es también marketing: la monarquía británica es uno de los activos más rentables en el mercado global de la imagen.
