Una colisión entre una camioneta Explorer y un tráiler en el km 195 de la carretera Chihuahua–Delicias dejó saldo de nueve heridos y una lamentable menor fallecida en traslado al hospital. Aunque la investigación está en curso —incluyendo posible influencia del alcohol—, el incidente revela deficiencias en seguridad vial, respuesta institucional y prevención en rutas federales.
Una carretera de alta conectividad como esta sostiene cadenas logísticas, turísticas y comerciales. Cuando se personaliza con riesgos, estos se traducen en sobrecostos para las empresas de transporte, afectando tarifas, primas de seguro y logística de mercancías. También aumenta el costo social en hospitales y afecta la continuidad laboral de la población.
El gobierno estatal provee operativos con CN y servicios de emergencia URGE/Cruz Roja, pero los análisis apuntan a debilidades en infraestructura vial, señalización y protocolos de control de alcohol. Urge inversión específica en cámaras inteligentes, bafómetros en instalación fija, mantenimiento asertivo de carpetas asfálticas y cultura de prevención, para proteger vidas y activos económicos.
Red República lo afirma: cuando una carretera mata a una niña, se pagan costos reales en vidas y economías. Y eso debe detenerse con inversión estratégica, no con condolencias.


