La PROFECO aseguró que los útiles escolares de primaria pueden conseguirse por menos de 500 pesos. El anuncio llegó como un respiro para muchas familias en un contexto de inflación, pero también confirma un hecho relevante: la temporada escolar es uno de los motores de consumo más poderosos de la economía mexicana.
Cada ciclo, las familias mexicanas desembolsan miles de millones de pesos no solo en libretas y lápices, sino en uniformes, mochilas, zapatos y dispositivos electrónicos. Supermercados, papelerías y hasta negocios en línea registran sus mejores ventas del año, al grado de que el regreso a clases rivaliza con la temporada decembrina en términos de flujo económico.
Para los comercios locales en ciudades como Chihuahua, la temporada representa la oportunidad de captar clientes y generar lealtad. Las papelerías de barrio, que ofrecen atención personalizada y créditos pequeños, se convierten en aliados de familias que buscan estirar el presupuesto sin sacrificar calidad.
El hecho de que los útiles puedan conseguirse por menos de 500 pesos no significa que el gasto final sea menor. Por el contrario, la lista completa con uniformes y accesorios puede superar fácilmente los 3,000 pesos por estudiante. Este gasto, multiplicado por millones de alumnos en todo el país, explica por qué la educación es también un gran motor económico.
La estabilidad de precios en este rubro es clave para evitar que la inflación escolar se convierta en un lastre para el consumo familiar.
Desde Red República destacamos que cada lápiz y cada libreta son parte de una cadena que sostiene al comercio mexicano: la educación también es negocio, y cada agosto se convierte en un termómetro del poder de compra de las familias.


